Necaxa llega con una inercia positiva tras cerrar la fase regular con tres victorias, un empate y una derrota en sus últimos cinco partidos. En la última jornada, los comandados por Nicolás Larcamón derrotaron por 0-1 a Puebla como visitantes, lo que les permitió asegurar un lugar directo en la liguilla. Su rendimiento reciente ha mostrado solidez defensiva y una capacidad destacada para aprovechar los espacios en transición. Sin embargo, aún existe cierta irregularidad frente a rivales de mayor jerarquía. A pesar de que como locales los “Rayos” han logrado mantenerse competitivos, no siempre logran dominar el trámite de los partidos, lo que podría ser un factor determinante en los próximos compromisos, especialmente ante equipos de mayor nivel.
Por otro lado, Tigres viene de una semana complicada tras quedar eliminados en las semifinales de la CONCACAF Champions Cup a manos de Cruz Azul, luego de una derrota por 1-0 en el Estadio Olímpico Universitario, que puso fin a su participación internacional esta temporada. En la Liga MX, el conjunto “Felino” suma dos victorias, dos empates y una derrota en sus cinco partidos más recientes, lo que refleja cierta estabilidad, aunque también un desgaste por el calendario exigente. A pesar de estos altibajos, Tigres sigue mostrando una mentalidad sólida y la experiencia necesaria para manejar estas situaciones. Además, el equipo cuenta con jugadores determinantes que, en cualquier momento, pueden marcar la diferencia y cambiar el rumbo de un partido. Esto hace que el equipo, aunque mermado por la carga de partidos, siga siendo uno de los grandes favoritos en la liga.
